Día del Amor Fraterno
Día del Amor Fraterno

Día del Amor Fraterno

Día del Amor Fraterno

Los cristianos católicos celebramos el día de Jueves Santo el día del Amor Fraterno. Es éste un día que pasa desapercibido por la sociedad, en lo que significa. ¿ Por qué?

 Efectivamente no es un día comercial. En una sociedad de consumo que lo único que le importa es el lucro económico y no la persona, el tener, no el ser; entonces no se hace publicidad. Se ignora.

Entonces el Jueves Santo queda como ese primer día de puente o de vacaciones. Eso sí, ya interesa más, se genera movimiento de dinero.

Debe ser bastante interesante mantener el nombre de Semana Santa, pues aún no ha salido ningún movimiento laico ni laicista, tampoco político que busque el cambio de nombre.

Para qué tocar algo con connotación religiosa que favorece intereses… Que se reduzca el sentido religioso al ámbito de lo privado en aquello que no es productivo, o a ejercer el derecho de opinión y criterio en aquello que puede “herir” sensibilidades… en lo que conviene o es productivo, vamos a ignorarlo, no pasa nada, total ya es una costumbre. Las costumbres mejor dejarlas como están, así no nos hacen cambiar el chip, ni son motivo para pensar. Para qué crear intranquilidad en las urnas… mientras los monopolios energéticos siguen medrando, que mas da a costa de lo que sea. Acaso estos monopolios no tocan las teclas de las ideologías…!!!

No vaya a ser que la Iglesia tome conciencia y retire el folclore de las calles. Hoy folclore. En sus orígenes manifestación de fe sentida y vivida. Se compartía en la calle lo que se vivía dentro. Hoy no corresponden las estadísticas de lo que se vive dentro durante el año, ni del porcentaje de los que se declaran católicos practicantes, con el espectáculo de estos tres días.

  

Hay excepciones, no es que se me ocurra, además de otros que se celebren en comunidades parroquiales, pienso en el Vía Crucis del monte de la Guía en Vigo. La imagen de Cristo en la cruz  y cada estación comentada desde el testimonio experiencia personal. Llueva, vente o quede una noche estrellada, la afluencia de personas aumenta. ( Es verdad que este año, después de algunos sin asistir, me han defraudado algunas estaciones. Las he percibido como seudo mítines de iglesia rancia, no evangélica. No acogedora ni misericordiosa.

  Sería bueno recordar y vivir las palabras del S.Juan Pablo II:

“ La fe no se impone , se propone”

Juan Pablo II

    

La mejor forma de proponer es viviendo desde nuestras capacidades el Amor Fraterno compartido.

    El Amor Fraterno no genera dinero. Genera felicidad. El amor fraterno es oblativo. Se da gratuitamente. A Cambio de nada.

 

En la Ultima Cena que Jesús El Maestro, El Cordero de Dios comparte con sus discípulos y que para nosotros ha de ser siempre la Primera Cena, nos habla en imperativo “ Tomad y Comed, esto es mi Cuerpo que se entrega por vosotros. Haced Esto en Memoria Mía«

Lo mismo que Él se hace pan compartido, yo tengo que hacerme pan compartido. Si no lo hago así estoy haciendo una parodia, mi ritual, en mi propio nombre, pero no en Memoria Suya.

La Eucaristía es comunidad para compartir. Compartir lo que soy y lo que tengo. Persona y cosas.  

Cuando nosotros compartimos el Amor Fraterno estamos siendo verdaderos pelícanos, estamos siendo la verdadera realidad de Cristo en el mundo presente. El pelícano alimenta a sus crías con su propia sangre. Esto es lo que hace Dios a través de Cristo con nosotros. Éste es el reto de Cristo para ser sus discípulos. Ah, no con fines de conquista. Exclusivamente por el hecho de que cada persona es mi hermano-a y forma parte de mi responsabilidad ante Dios.

Comer a Cristo en la Eucaristía y no tomar conciencia de hermandad, es comer un cacho de pan sin más.

Comer a Cristo en la Eucaristía y no tomar conciencia de hermandad, es comer un cacho de pan sin más.

Si no hay conciencia no puede haber efectos. De éstos, no está en nosotros ser jueces.

  En la homilía de este Jueves Santo, nos decía el sacerdote, a través de S. Juan de Ávila “Nuestra vida tiene que tener sabor de Dios”

    La Pascua comienza el día de Jueves Santo (Triduo Pascual) y termina el día de Pentecostés.

    Cincuenta días para tomar conciencia de Amor Fraterno y todo un año para vivirlo.

        Lavar los pies del hermano-a es hacer Eucaristía.

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