Iglesia Esposa
Iglesia Esposa

Iglesia Esposa

Iglesia Esposa

Para ser madre, la iglesia tiene que ser primero esposa. Esposa fiel y solicita del Espíritu Santo.

La iglesia esposa es la que se deja fascinar y cortejar por el  Esposo para poder compartir sus mieles y poder ser fecunda a la hora de engendrar hijos y amamantarlos. La Iglesia esposa fiel no puede flirtear con amantes. Son muchos los que esperan la oportunidad. Y cuanto más fiel se muestre, más halagüeños serán.

La iglesia esposa, es esa virgen prudente que espera y permanece atenta con la lámpara encendida, a la llegada y mensaje de su Señor. Es la única manera de que el Esposo no se avergüence de ella y no le tenga que decir, no te conozco de nada.

La iglesia no elije esposo, ella es la elegida, la predilecta. Su misión es ser medio y vehículo, nunca fin en si misma. Tampoco es instrumento, Dios nunca utiliza. Nos hace sus colaboradores. Es más, somos los miembros de ese cuerpo cuya cabeza es Él.  La Iglesia como esposa, está llamada a ser el rostro visible del Esposo. Ésta es su misión. Misión, no instrumento, en esto consiste la dignidad que el Esposo le da como Esposa.

El proyecto de vida que ofrece el Esposo a su Esposa, es claro y determinante, es un proyecto de Amor. Este Esposo nunca busca la dote de la esposa, sólo pretende su fidelidad. Fidelidad, alma gemela de la humildad; no se puede dar la una sin la otra. Pero aún en la infidelidad, el Esposo la ama.

Este proyecto de amor, no se puede decir que sea una fantasía o simplemente idílico. No, pues Cristo, el Verbo, Palabra encarnada, lo ha hecho patente y sellado con su sangre. Por eso cuando Él se va, ya deja elegida a la novia que se convertirá en Esposa, con la venida del Espíritu, el esposo prometido por Jesús.

Ahí con María y los doce Apóstoles, nace la Iglesia Esposa.

Ahí con María y los doce Apóstoles, nace la Iglesia Esposa.

En María la Iglesia tiene el espejo de lo que es una esposa fiel. En María, la fidelidad no es así misma sino al Esposo. No se convierte en referente de si misma. Su “ Sí”, es un sí al proyecto de Dios. No es un “ sí” autorreferencial. Por eso a María la llamarán dichosa todas las generaciones.

La Iglesia si quiere ser fiel al Esposo no puede ser referente de si misma. No puede convertirse en autorreferencial, ni en el ombligo de si misma y del mundo.

En palabras del profeta Oseas, la Iglesia tiene que dejarse llevar al desierto para que Dios le hable al corazón. Dejarse llevar al desierto es saberse, sentirse y confesarse pecadora.

Así, también las palabras de Oseas,” podrá convertirse en puerta de esperanza y responder como en los días de su juventud.

Una iglesia que no vive y ofrece esperanza, es una iglesia condenada al fracaso. En ella no tendrá consistencia la fe ni la caridad.
“ Aquel día- oráculo del Señor- me llamaras “ Esposo mío” , y ya no me llamarás “ mi amo”. ( Oseas 2,18)

Cuando la Iglesia sea capaz de vivir como Esposa y no como sierva- criada, es cuando está capacitada para engendrar. “ Me desposaré contigo para siempre, me desposaré contigo en justicia y en derecho, en misericordia y en ternura, me desposaré contigo en fidelidad y conocerás al Señor” ( Oseas 2, 21-22)

Misericordia y Ternura, dos armas del Papa Francisco para que la Iglesia recobre el amor primero.
jesus

La Iglesia con fin de madre tiene que ser y vivir la Mística. Es la manera de que la esposa pueda conocer al Esposo.  Sólo así podrá ser fecundada.

La verdadera libertad y atractivo de la Iglesia es vivir la Espiritualidad. Nunca confundida con la piedad.

Esa esposa que no siempre ha sido fiel, cuando se reconoce pecadora y pide perdón, siempre es perdonada por el Esposo.

Porque en su proyecto de amor, el Esposo no se puede negar a si mismo. Desde esos devaneos de infidelidad, el Esposo quiere forjarla y reconducirla para que pueda llegar a ser una madre a la altura de los hijos que va a engendrar y amamantar.

La Iglesia somos cada uno de sus miembros. No son ellos, no son los otros, somos nosotros. Por eso es indispensable vivir la actitud de la esposa. Ofreciendo allá por donde vayamos, entrañas de Misericordia y de Ternura.

“ Quiero misericordia y no sacrificios, conocimiento de Dios, más que holocaustos”.( Oseas 6,6)

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